En el emprendimiento las dos encontramos el camino para combinar nuestras habilidades y talentos, para conocernos más y complementarnos. Ella es la artista y yo la creadora de experiencias de chocolate. Ella es mi socia en esta aventura y también me enseña que si tienes fe todo se puede, ¡todo es posible! El camino no ha sido fácil, en algunas oportunidades tampoco ha fluido como quisiéramos, pero si algo nos caracteriza es la persistencia y buscarle “la comba al palo”, como decía mi mamá. Así dimos forma a la línea Arte en Chocolate, que nació como proyecto productivo para Cami y en el que sus creaciones se convierten en deliciosas piezas con impresión comestible.